El maltrato animal, un centinela que puede alertar de otros delitos



Barcelona | 28 abr 2022

El maltrato animal es un «delito centinela» que puede ser un indicador de otros delitos mucho más graves, como la violencia de género, el maltrato y la pornografía infantil, abusos sexuales a menores, el crimen organizado, la radicalización violenta o el tráfico de especies.

Ha hecho esta advertencia la profesora del Grupo de Investigación en Perfilación y Análisis de la Conducta Criminal de la Universidad de Barcelona (UB) Nuria Querol, durante la jornada «Lucha contra el maltrato animal y actuaciones policiales con cánidos», organizado por la Guardia Civil.

Asimismo, Querol ha instado a los cuerpos policiales a «no pasar por alto» el trasfondo de los delitos contra el bienestar animal, dado que pueden esconder otras realidades, a menudo mucho más duras.

«Siempre que encontremos menores que maltratan animales es una señal de alarma», ha alertado Querol, que ha señalado que estos casos pueden esconder que «está ocurriendo algo más».

Al respecto, ha mencionado que el maltrato animal por parte de menores puede ser una respuesta a un maltrato, abusos sexuales o incluso acoso escolar que ellos mismos puedan estar sufriendo.

«Tenemos una responsabilidad para con los menores. Un menor que hace esto (…) aquí tienen que intervenir educación, servicios sociales porque a veces son casos muy graves de maltrato hacia los animales, con componentes de tortura y sadismo importantes», ha indicado la investigadora, invitando a los cuerpos policiales a indagar más allá de del maltrato a los animales.

Querol también ha subrayado que, en casos de violencia familiar, ya sea de género, infantil o filiopaternal, el maltrato animal a menudo es usado por los agresores para coaccionar a sus víctimas y ejercer «poder y control» sobre ellas, alcanzando grados extremos de crueldad contra los animales. «Patas rotas, quemaduras con el cigarrillo, arrancar ojos o agresiones sexuales», detalla Nuria Querol.

Estas situaciones, sobre todo en el caso de menores, pueden desembocar en «muertes por compasión», es decir, que el niño acabe matando a su mascota para ahorrarle el sufrimiento al que está sometido. «Llega un momento en el que el menor no soporta más ver a su animal sufrir y la única salida que ve es matarlo».

La investigadora ha explicado que, en un estudio desarrollado por su grupo, el 94 % de las víctimas de violencia familiar encuestadas indicaron que el agresor también cometía maltrato animal.

En la misma línea, otro estudio del mismo grupo, realizado sobre una cincuentena de condenados por distintos delitos violentos, un 42 % admitió haber cometido maltrato hacia animales.
El crimen organizado, el tráfico de especies, la radicalización violenta o la pornografía infantil son otros graves delitos con los que el maltrato animal está relacionado, ha señalado la experta.

En el ámbito de la jornada también ha habido una conferencia de los jueces Anna Aranda y Jaime Macho Martín, y la fiscal Laura Ricart, que han abordado la lucha contra el maltrato animal desde el ámbito judicial, subrayando los avances legislativos y el incremento de la sensibilización social que ha habido en esta materia en los últimos años.

«Estamos hablando de delitos contra la sociedad», ha enfatizado por su parte el jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Barcelona, el coronel Pedro Antonio Pizarro, remarcando la necesidad de concienciación alrededor de este tipo de ilícitos.

Cada año, en la provincia de Barcelona, el Seprona recibe entre 1.700 y 1.900 denuncias por delitos relacionados con la protección de la naturaleza, de las cuales cerca de un 60 % son por maltrato animal.

En toda España, cerca de 60.000 animales son maltratados cada año en fiestas populares y unos 200.000 perros y gatos son abandonados por sus dueños.